Malos hábitos orales en los peques de la casa

Podemos definir hábitos como las prácticas adquiridas por la repetición frecuente de un mismo acto, en un principio se realizan de manera consciente y luego de manera inconsciente. Los mismos pueden presentarse en niños, adolescentes y adultos.

Desde que somos bebés desarrollamos diferentes hábitos, ya que forman parte del proceso de adaptación del ser humano a su medio ambiente. Los hábitos nocivos pueden desencadenar múltiples alteraciones maxilofaciales, musculares, óseas y dentales, por lo que hay que prestar suma atención en la etapa infantil. ¿Por qué?, fácil, es en esta etapa donde el niño está desarrollando su sistema óseo y muscular.

Entre los principales hábitos que los niños deben evitar son:

  • Succión digital: como comúnmente lo conocemos “chuparse el dedo” a veces puede parecernos normal, pero la realidad es que si este hábito se prolonga después de los 4 años de vida, traerá como consecuencias alteraciones en la mordida de los niños, mal desarrollo de los huesos maxilares. Ante la presencia de este hábito se debe explicar al niño con un vocabulario acorde a su edad los daños que le causaría persistir el hábito y persuadirlo a dejarlo o por lo menos disminuir la frecuencia.
  • Succión del chupete o biberón: ésta es una necesidad del bebé para lograr su alimentación, por lo que en los primeros meses de vida estimula la musculatura facial para su buen desarrollo, pero si este hábito se extiende más de 18 meses puede llegar a producir alteraciones en la posición de los dientes y malformaciones.

Importante: NO se debe impregnar el biberón del bebé con líquidos azucarados y tampoco permitir que el bebé se duerma con el chupete, ya que estos dos aspectos son los principales factores de las caries de biberón en menores, la cual afecta a los primeros dientes de leche que erupcionan en la boca del niño, esto puede afectar en la autoestima del mismo. Se debe disminuir y regular de forma periódica el uso del biberón, disminuyéndolo paulatinamente.

  • Onicofagia: el mal hábito de comerse las uñas, está asociado a problemas emocionales que generan esa conducta que es difícil de detener. Esto puede ocasionar fractura, desgaste y cambio de posición en los dientes afectando la estética de la sonrisa.

Estos malos hábitos según la duración, fuerza y frecuencia pueden conllevar a una desviación de la mordida, lo que se conoce como mal oclusión, se recomienda visitar al odontólogo de forma frecuente, a fin de que pueda ayudarnos con la identificación y prevención de estos malos hábitos, que pueden derivar en molestias para los pequeños de la casa con el paso del tiempo.

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