Preiimplantitis: importancia de la higiene bucal con implantes
La periimplantitis es un proceso inflamatorio que afecta los tejidos que rodean el implante, lo que puede ocasionar la pérdida del implante.
Los implantes dentales han aumentado considerablemente en los últimos años, ya que constituyen una solución muy eficaz y duradera.
Aún cuando el porcentaje de pérdida de implantes es muy bajo, la falta de tratamiento a tiempo de algunas afecciones –como la mucositis periimplantaria- puede derivar en un problema inflamatorio que afecte el soporte óseo donde está integrado el implante.
Una correcta higiene bucodental
Una inadecuada higiene oral es el principal factor de riesgo para la aparición de infecciones.
Cuando las piezas son naturales, las enfermedades periodontales afectan tejidos como cemento, encía, ligamento y hueso alveolar; pero en el caso de los implantes la pieza está directamente integrada al hueso.
Una mala higiene alrededor de los implantes puede llevar a un rápido proceso infeccioso que produce una pérdida de hueso y, por consiguiente, el implante se perderá.
Los síntomas de infecciones periimplantarias pueden ser:
- Enrojecimiento de la mucosa que rodea el implante
- Dolor a la percusión
- Movilidad del implante
- Sangrado o superación del sondaje
Una correcta higiene en el caso de implantes
Inmediatamente después de la cirugía de colocación del implante, el profesional indicará una serie de enjuagues con clorhexidina para eliminar bacterias.
Una vez que se retiran los puntos, se deberán retomar las medidas habituales de higiene (cepillado) hasta que sea posible avanzar a la siguiente fase del tratamiento (fase protésica).
Una vez que se incluye la pieza definitiva de implante, las técnicas de cepillado deberán incluir:
- El cepillado convencional, al menos cada 12 horas.
- El cepillado con cepillo interproximal y sedas, especiales para limpiar los espacios entre implantes y dientes o entre implante e implante.
- La correcta higiene de las encías, tanto en el caso de implantes fijos como móviles, es indispensable para garantizar la durabilidad del tratamiento.
Las visitas periódicas al odontólogo permitirán determinar si el tipo de cepillado que se está aplicando es el correcto o si será necesario aplicar técnicas o productos específicos para asegurar una higiene adecuada.
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